Vignemale, como si uno no quisiera hacerlo, una predicción
fuera, todo fue dicho y hecho, Javier, Fernando y Taki y habiendo dos días de
buen tiempo, teníamos todo a favor, equipo, meteo y días de vacaciones, y pensando en mas objetivos.
Pero todo fue dicho y hecho, un relámpago, en
el cielo, marchamos rápidos a intentar la clásica Norte del Vignemale.
Viaje, coche, kilómetros, por delante, un
vivac en la autopista Francesa para descansar, cerca de Lourdes, al día
siguiente llegamos a Cauterets, y a Pont d’espanya.
En el parking nos preparamos para un recorrido
de tres horas hasta el refugio de Ouletes de Gaube, es un bello valle y nos
lleva primero al llac de Gaube , gente haciendo senderismo y es un valle con bellas
cascadas de agua y con unas impresionantes vistas del macizo del Vignemale, que
son para soñar.
El Vignemale para cualquier alpinista, éste
macizo, estas montañas, ha sido siempre una lección de superación, un
descubrir de la inmensidad de todas sus
paredes y corredores, de mucha exposición
y envergadura, en todos sus aspectos.
Tres horas fueron de subida hasta el refugio
de Ouletes de 2.151 metros de altitud., esta delante de todo el macizo, con
unas vistas impresionantes, ya en el refugio descanso y esperar la cena, la
meteo nos indican los guardas del refugio, que muy buen día para mañana día 5
de agosto.
Cena, preparar material de escalada y pasar
unas horas durmiendo y diana a las 4 de la madrugada.
A las 4 los levantemos cielo muy iluminado de estrellas,
y sobre las cinco nos dirigimos hacia nuestro objetivo tan deseado, pasemos la
morena por el lado derecho, con tramos de hielo, y rápidamente estábamos en la
parte superior, del glaciar de las Ouletes al lado de la entrada del corredor
del Gaube, y un poquito abajo el inicio
de la escalada, habíamos utilizado los grampones para esta aproximación.
Primer tropiezo la rimaya muy abierta, metro y
medio suficiente para no empezar, unos la hacen rapelando en la rimaya, o como
dijo Fernando mas abajo 20 metros hay otra entrada, tocando a la pared, diedro
y placas bien marcado con pitones en los dos largos para coincidir con el
primer largo de la clásica, estupendo por allí iniciemos la escalada, con algunos pasos de V.
Llegamos por donde continuaba la vía , los
largos siguientes III y IV , son muy
expuestos si se hacen en ensamble, pero es muy evidente por el filón verde, se
procura coger todo lo mas fácil III, y
IV esporádicos.
Se llega a los gendarmes para franquear a la izquierda ,
pasos delicados, para luego coger Arista intermedia muy evidente y buena roca, pasos de mas dificultad Ao con
algún V y sobre todo IV y III , al final de la arista.
Un franqueo delicado a la izquierda para coger
los esquistos rojos muy delicado y expuesto o roto, con III y IV hasta llegar a
la arista de Gaube, en la salida al encontrase con la arista 2 parabolts.
A partir de aquí, parece que todo lo que queda
es casi ella la ascensión, pues no, ojo con los dos largos o tres, siguientes
ir por lo fácil, hasta llegar al tercer largo franquear a la derecha y
coincidir con el canal que sube a la cima .
Estábamos en la cima a las 9 de la noche, fue
la mejor anochecer de un día precioso,
ya que abajo en el refugio estaba oscureciendo, y a nosotros nos daban los
últimos rayos de sol muy tenue, fue unos
momentos muy bonitos, vernos en la cima, de una gran macizo del Vignemale, es
otra forma de ver la vida, muy diferente y de haber hecho una bonita y clásica escalada, muy satisfechos.
Descendimos
por el Este desde la cima, hasta llegar al glaciar del Vignemale, desde allí
al refugio de Baysellance.
Desde aquí, un abrazo muy fuerte por su hospitalidad,
ya que nos ofrecieron dormir un ratito y tomar unos cafés, les damos las
gracias, y más tarde nos fuimos al refugio de Ouletes.
Nuestro sueño se había cumplido y con ilusión
nos fuimos para otro objetivo.
Escalada realizada por Javier Aznar, Fernando
Claramonte y Taki Garrido.
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